jueves, 29 de marzo de 2012

NORTE

Regresar al lugar de dónde nunca fui.
Pasear por calles que nunca me llevaron a ningún sitio.
Reconocer, acaso, la calidez de lo inesperado.
No seáis demasiado buenos en mi ausencia.

lunes, 19 de marzo de 2012

KAREN


La baronesa, que pesa como una pluma y es tan frágil como un puñado de conchas, recibe a sus visitantes en un salón amplio y resplandeciente, salpicado de perros dormidos y calentado por una chimenea y una estufa de porcelana; en el salón, como creación imponente surgida de uno de sus propios cuentos góticos, está sentada ella, cubierta de peludas pieles de lobo y tweeds británicos, con botas de piel, medias de lana en sus piernas, delgadas como los muslos de un hortelano, y frágiles bufandas color lila rodeando su redondo cuello, que un anillo sería capaz de abarcar. El tiempo ha refinado a esta leyenda que ha vivido las aventuras de un hombre con nervios de acero: ha matado leones que embestían y búfalos enfurecidos, ha trabajado en una granja africana, ha sobrevolado el Kilimanjaro en los primeros aviones, ha curado a los masai. El tiempo la ha reducido a una esencia, igual que una uva se convierte en pasa o una rosa en perfume (...).


Su aceptación de la edad y sus consecuencias no es estoicamente definitiva. Se entrometen notas de sana esperanza: "Quiero terminar un libro, quiero ver la frutas del verano próximo, volver a Roma (...) "¿Por qué soy tan débil?" pregunta, tirando de sus bufandas lila con su mano morena y huesuda, y la pregunta, acompañada por las campanadas del reloj de la repisa de la chimenea, invita al huésped a que se retire para que la baronesa pueda dormitar en un diván junto al fuego.


Cuando el visitante se va, es posible que le den un ejemplar de su libro favorito, el hermoso Lejos de África. Un recuerdo que lleva la dedicatoria "Je repondrai, Karen Blixen".
- Je repondrai -explica, de pie en la puerta, mientras, como despedida, ofrece la mejilla para que se la besen-, yo responderé, un hermoso lema. Lo tomé prestado de la familia Finch-Hatton. Me gusta porque creo que todos tenemos una respuesta en nosotros.
Su respuesta ha sido sí a la vida, una afirmación de la que se hace eco su arte con un eco que despertará nuevos ecos.
Truman Capote

domingo, 18 de marzo de 2012

COMPOSTELA

En Compostela estamos
moitos xa para sempre derrotados.

Los domingos tienen algo de claudicación, de pastoso aburrimiento que se encharca en tardes infinitas y frías. De niña, las tardes del domingo sonaban a locutor de radio, olían a penumbra mortecina y estufa de butano. Años después, en aquella Compostela cutre de mis años de estudiante, la tardes dominicales se convertían en una espera sin rumbo, un vagabundeo inclemente por soportales y callejas mojadas.
Soltaban a los locos de Conxo, paseaban las parejas formales venidas de las aldeas, los soldados de permiso voceaban delante de los monumentos llenando el silencio con su acento del sur, extraño, lejano. Alguna mujer enlutada corría hacia el rosario de la tarde y el café Derby se llenaba de viejas pintadas como monas y dentadura postiza.

Recuerdo hoy aquellas estampas de provincia, dignas del mejor relato fantástico, mientras recorro nuevamente la rúa del Villar atiborrada de tiendas de souvenirs y orfebrería de diseño. Dejo atrás el Paraíso Perdido (¿alguien puede imaginar un nombre más literario para un bar?) y esquivo los goterones helados que se precipitan desde algún tejado ruinoso. Me sigue sorprendiendo, después de tanto tiempo, el sonido violento de las campanadas, la silueta impertérrita de la catedral flotando en un mar de piedra y ese tétrico abrazo de humedad que se apodera del cuerpo en cada esquina.
Compostela guardará siempre para mí el misterio y la belleza de la derrota.

viernes, 16 de marzo de 2012

AY, ASUNCIÓN

La Comandancia... auténtico sonido miñoto.
Talento, buen humor, luna menguante, nostalgia... y mi amigo JC.
BUEN FIN DE SEMANA

domingo, 4 de marzo de 2012

ARRABALES



La Banlieue de Paris (1954)
Fotografías de Robert Doisneau. Texto: Blaise Cendrars.