miércoles, 11 de febrero de 2009

MANUALE DE AMORE


La noticia se leía estos días en el periódico: estudiosos de la Universidad de Siena han encontrado el primer manual para escribir cartas de amor en la Edad Media.
Buscando antiguos textos de retórica inéditos en la Biblioteca Capitular de Verona, se dieron de narices con un pergamino del siglo XII que constituye uno de los primeros manuales de retórica epistolar medieval, donde al autor enseña a escribir cartas entre maestros y discípulos, padres e hijos y donde también aparece un capítulo entero dedicado a las cartas de amor. Lo que demuestra que los seres humanos seguimos siendo un poco lerdos en cuestiones de comunicación amorosa.
El texto está firmado por un tal Guido, quizás un clérigo de Caserta, y en él se dan explícitos consejos a las mujeres, lo que probaría la existencia de un público femenino alfabetizado, como explica un profesor de dicha Universidad.
¿Y qué se dice en ese manual? Pues los consejos van desde cómo saludar hasta cómo despedirse, pero también cómo debe escribir una mujer a su esposo o un amante a su amada.

Se aconseja alabar siempre la belleza y las cualidades del destinatario recurriendo a ejemplos mitológicos de célebres parejas (Paris y Helena, Píramo y Tisbe) o buscando similitud con piedras preciosas o enviando "tantos saludos como peces hay en el mar" o "flores lleva el verano".

Se debe recurrir a expresiones que indiquen la incapacidad de escribir sobre un sentimiento tan grande: "te amo tan profundamente que no sería capaz de explicarlo aunque todos los miembros de mi cuerpo pudiesen hablar".

Cuando el remitente deba contar cualquier cosa al destinatario puede utilizar expresiones del tipo: "tu belleza sabe que...", "tu dulzura conoce...".

La lejanía del sujeto amoroso, el recuerdo de momentos felices transcurridos juntos asume las características del mal de amor: "la mente no responde", "el ánimo enloquece de tanta alegría".

Y, en fin, también aparecen en el manual pasajes más explícitos que aluden al amor físico, se habla de "abrazos", "besos", "dulces cosas para hacer juntos".



Dejo aquí estos consejillos para quien precise de ellos y de paso os propongo que me digáis cuáles son vuestros poemas o textos favoritos que hablen de amor. Uno de los que más me gustan se escribió algunos siglos después de este curioso manual y se titula Amor constante más allá de la muerte. Con esto está todo dicho.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)



15 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de dulces cosas para hacer juntos... ¿se refiere a unos pestiñitos...?

Anónimo dijo...

Ah... y el poema de amor favorito... hay muchos, pero siempre me viene a la cabeza de los primeros la segunda parte de uno que escribió un paisano mío, Luis Cernuda:

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oir sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta.
La única libertad porque muero.

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


Hermoso eh? E importa mucho que estuviese dirigido a otro hombre en vez de a una mujer...?

Marcos Valcárcel López dijo...

Magnífica achega, Lula. Usareina nun dos meus artigos, se non lle importa e citando procedencia.

Anónimo dijo...

Imagínate ahora que tú y yo

muy tarde ya en la noche

hablemos de hombre a hombre, finalmente.

Imagínatelo,

en una de esas noches memorables

de rara comunión, con la botella

medio vacía, los ceniceros sucios,

y después de agotado el tema de la vida.

Que te voy a enseñar un corazón,

un corazón infiel,

Desnudo de cintura para abajo,

Hipócrita lector - mon semblable - mon frère!



Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo

quien me tira del cuerpo hacia otros cuerpos

a ser posible jóvenes:

Yo persigo también el dulce amor,

el tierno amor para dormir al lado

y que alegre mi cama al despertarse,

cercano como un pájaro.

¡Si yo no puedo desnudarme nunca,

si jamás he podido entrar en unos brazos

sin sentir -aunque sea nada más que un momento-

igual deslumbramiento que a los veinte años!.



Para saber de amor, para aprenderle,

haber estado solo es necesario.

Y es necesario en cuatrocientas noches

- con cuatrocientos cuerpos diferentes -

haber hecho el amor. Que sus misterios,

como dijo el poeta, son del alma,

pero un cuerpo es el libro en que se leen.

(...)

JAIME GIL DE BIEDMA

Es demasiado largo, pero en mi opinión es uno de los mejores (ya que me han quitado a Quevedo y a Cernuda).

Anónimo dijo...

"COMO GATA BOCA ARRIBA

Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.
(...)"

Gioconda Belli

(contra as formulas, a forza do natural, chégame sempre máis...)

Bicos, Lula.

Anónimo dijo...

CARRASCUS: por supuesto que no importa el destinatario de ese poema. Y ese final es insuperable. Un bico "pestiñoso", otro cosa en la que coincidimos...en Cernuda, claro ;)

MARCOS: use o que queira, faltaría máis. Traducín parte dun artigo que saíu na Repubblica, por se quere as fontes. Bicos. Alégrame moito telo por aquí.

ANÓNIMO: "Pandémica y Celeste" es también uno de mis poemas favoritos. HAy tantos! me encanta la colaboración. Gracias Anónimo.

DOUTORA: se ó final non somos más que iso, pel e alento. Gracias pola achega. Bicos perfumados.

Anónimo dijo...

A ver si te gusta este, que me lo acabo de inventar:


El amor es una barca
con dos remos en el mar
un remo aprietan mis manos
el otro lo mueve el azar

Quién no escribió un poema
huyendo de la soledad?
quién a los quince años
no dejó su cuepo abrazar?
y quien cuando la vida se apaga
y las manos tiemblan
quiénn no buscó ese recuerdo
de una barca...navegar?...mmm...naufragar?

Paco Becerro dijo...

Uno de los más bonitos poemas de amor:

"Pienso mesa y digo silla,
compro pan y me lo dejo,
lo que aprendo se me olvida,
lo que pasa es que te quiero "

De la gran Gloria Fuertes, nunca suficientemente conocida, ni valorada...

Mad Hatter dijo...

¡Ay hija Lula! Lo que me faltaba para terminar de disolverme totalmente en las mieles de la pasión.
A mi me gusta este de Pablo Neruda:

"Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!
En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi bandada de flechas.
En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.
Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos he visto doblarse las espigas en la boca del viento."

Ayyyy! Dentro de poco volveré a acariciar, asir y besar sus finas y elegantes muñecas, sus dulces y suaves tobillos, a recorrer el arco sublime de su pie. A oler el aroma embriagador de su piel.
¡Jo! es que me has pillado en un momento, que... ¡Ojo eeeh!

atikus dijo...

Porque tendrán que salir las pirdrás por todos los sitios, jaja!!...aisss Lula, es que me tienen que bombardear la semana que viene ;(...bueno iré vestido de piloto quizás alguna enfermesa se enamore ;)

Pues esto de las reglas del enamoramiento esta muy bien pero luego cuando uno va a la caza se le olvida la escopeta y las balas...vamos que pierde la cabeza y finciona con el corazón...al menos a mi me pasa...o me pasaba cuando era menester que ya ...puff ahora me dedico a tirar piedras mas que tejos jaja!!


besitos acaramelaos...que el dulce no falte ;)

atikus dijo...

pirdrás?...piedras...ves en cuanto hablo de amor ve vuelvo idiota, y eso que no tengo amante a la vista!!

Anónimo dijo...

El libro máis interesante que leí sobre el tema fue "Enamoramiento y Amor" de Francesco Alberoni. De las muchísimas ideas tratadas por el autor, una muy interesante es la de que en el amor está el origen del sentimiento humano de lo "sagrado". El desarrollo de la idea es algo largo, pero se puede intuir fácilmente. Piensa en la emoción que te embarga cuando visitas "el lugar en el que nos besamos por primera vez" y compáralas con la que sientes al visitar "el lugar en el que firmé mi primer contrato laboral". Por ejemplo. O piensa en las tres o cuatro veces en las que tu vida dio un verdadero vuelco. Seguro que están relacionadas con el amor. Los lugares y las fechas "sagradas" de nuestra vida particular siempre están relacionadas con el amor. Non con el trabajo ni con otros aspectos.

Anónimo dijo...

Ufff, dificil elección Lula,hay tantos poemas maravillosos. Este de Gonzalo Rojas es uno de mis favoritos:

De pronto sales tú con tu llama y tu voz,
y eres blanca y flexible, y estás ahí mirándome,
y te quiero apartar, y estás ahí mirándome,
y somos inocentes, y la marca roja
me besa con tus labios, y es invierno, y estoy
en un puerto contigo, y es de noche.

Y no hay sábanas donde dormir, y no hay, y no hay
sol en ninguna puerta, y no hay estrella alguna
que arrancar a los cielos, y perdidos
no sabemos qué pasa, por qué la desnudez
nos devora, por qué la tempestad
llora como una loca, aunque nadie la escucha.
Y ahora, justo ahora que eres clara -permite-,
que te deseo, que me seduce tu voz
con su filtro profundo, permíteme juntar
mi beso con tu beso, permíteme tocarte
como el sol, y morirme.

Tocarte, unirte al día que soy, arrebatarte
hasta los altos cielos del amor, a esas cumbres
donde un día fui rey, llevarte al viento libre de la aurora,
volar, volar diez mil, diez mil años contigo,
solamente un minuto, pero seguir volando.

Anónimo dijo...

Ama, corazón joven, que tu tiempo es el del amor. Y todo habrá terminado demasiado pronto.

koolauleproso dijo...

Yo colocaría no exactamente un poema (o sí), si no el maravilloso monólogo que cierra la excepcional "Robin y Marian", y que Richard Lester "coloca" en labios de Audrey Hepburn:

Te amo,
Te amo más que a todo,
Más que a los niños
Más que a los campos que planté con mis manos,
Más que a la plegaria de la mañana o que a la paz,
Más que a los alimentos.
Te amo más que al amor o a la alegría o a la vida entera.
Te amo más que a Dios.