lunes, 23 de mayo de 2011

HORIZONTES


Horizontal, sí, te quiero.

Mírale la cara al cielo,

de cara. Déjate ya

de fingir un equilibrio

donde lloramos tú y yo.

Ríndete

a la gran verdad final,

a lo que has de ser conmigo,

tendida ya, paralela,

en la muerte o en el beso.

Horizontal es la noche

en el mar, gran masa trémula

sobre la tierra acostada,

vencida sobre la playa.

El estar de pie, mentira:

sólo correr o tenderse.

Y lo que tú y yo queremos

y el día —ya tan cansado

de estar con su luz, derecho—

es que nos llegue, viviendo

y con temblor de morir,

en lo más alto del beso,

ese quedarse rendidos

por el amor más ingrávido,

al peso de ser de tierra,

materia, carne de vida.

En la noche y la trasnoche,

y el amor y el trasamor,

ya cambiados

en horizontes finales,

tú y yo, de nosotros mismos.

PEDRO SALINAS

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