El cementerio es un lugar abandonado a merced de lagartijas y malas hierbas. Un lugar solitario que no habla ni pide ni testimonia más que el paso inexorable del tiempo, el olvido.
Lápidas desdibujadas, piedras resquebrajadas, mausoleos de verjas vencidas y oxidadas muestran la inclemencia del destino humano. Quizás aquí es inevitable pensar en los cientos de judíos ferrareses que jamás pudieron ser enterrados, ni aquí ni en ningún sitio.
Sin duda estuve en ese cementerio buscando, como siempre, la literatura de la vida, las huellas de seres que no existieron aunque sintieron y vivieron en la realidad de este mundo. Los Finzi, los Contini, se pudren bajo lápidas melancólicas levantando el eco de pasiones fascinantes en la imaginación de los vivos. Aquí también la tumba de Bassani, solitaria, triste en su diferencia y su aislamiento, cubierta de piedras, de una pluma que algún anónimo visitante colocó en una esquina.
Salgo con la boca seca en busca de un trago que me aferre a la vida, con la pequeña emoción de creer que, a pesar de todo, hay formas de permanecer en el corazón de los hombres más allá de cualquier dios.
3 comentarios:
Mi piace tantissimo questo paese!!
Belle tutte le foto!!
Saluti.
¡Qué bonitas son las letras hebreas! Sólo a tí se te ocurre visitar un cementerio en verano, Lula.
Supongo que todas las lápidas serán de mármol, porque es famoso el mármol de Ferrara ¿No? Que supongo que no tendrá nada que ver con "Ferrari".
Un piccolo bico!
MUCIPA: grazie tante! anche a me piece questo maledetto e bellísimo paese. un bacione.
MAD: Carrara, mármol de Carrara, no de Ferrara y nada que ver con los cochecitos. Desde que no me meto contigo estás perdiendo capacidad intelectual ;). Habrá que remediarlo. Un beso.
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