Buscan la soledad y el recogimiento
Empiezan a pensar si la vida no serán también esos momentos insignificantes
Desatienden las tareas domésticas
Se anclan en el presente concentradas en sus propios descubrimientos
Disfrutan de una intimidad silenciosa y personal
Se abandonan a la lujuria de placeres desconocidos
Se dejan seducir sin disimulo por el poder de la palabra escrita
Llegan a comprender que hay otros mundos posibles dentro del mundo
Son capaces de mirar de frente a la vida, asaltadas de las mismas incertidumbres que los hombres.
Las mujeres que leen son peligrosas. Stefan Bollman
6 comentarios:
A mí esto no me terminó de convencer en su día (el título del libro).
¿Luego no han sacado las mujeres que pintan son peligrosas?
Las mujeres que leen son lectoras...y depende qué lean serán peligrosas... o vete tú a saber...
Buen fin de semana.
NO SOY UN ROBOT!! (qué harto estoy de esto cada vez que comento)
Creo que son más peligrosas las que no leen.¿Por qué? Porque son las que piden hipotecas e hijos.
Besos Lula.
Buena entrada. Estoy de acuerdo con los dos comentarios anteriores. La lectura, ¿será considerada dentro de poco como una actividad sometida a sospecha?
¿Leer es peligroso? Sí, sí, sin duda. Independientemente del género. Del género del lector, me refiero. O lectora, por supuesto.
Saludos.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Sí, efectivamente, no leer está demostrado que es infinitamente más peligroso que leer. Y por supuesto la peligrosidad del individuo dependerá siempre de lo que lee...
Pero cómo habréis podido notar, el título de este entretenido ensayo, no sólo es irónico, sino que cuenta con la complicidad del lector y nos habla de un proceso histórico en el que la incorporación de la mujer a la cultura era considerada como algo que hacía tambalear los cimientos de la sociedad bienpensante.
Afortunadamente han cambiado mucho las cosas... o no... a veces creo que no tanto...
Viendo las fotos de las manifestaciones en Valencia, empiezo a creer que sí, que todo lo que no sea fuerza bruta va a resultar peligroso.
Un abrazo para todos.
Exquisito diseño y acertada selección para un oportuno libro-regalo. El comentario de Francisco Machuca es inmejorable. Como mucho podría añadirse el gran peligro que encierran las que parece que leen y, peor todavía, las que parece que no leen (v. "La elegancia del erizo". Mi lectora preferida es la de Ramón Casas. ¿Qué contiene el opúsculo amarillo para conducirla a ese desmadejado arrobo y desfallecimiento? Tal vez la explicación no se encuentre dentro de sus páginas. Tuve la fortune de contemplarlo el pasado verano y la técnica, la composición y el comedido cromatismo resultan sobrecogedores. Sólo algunos genios pueden decir tanto con tan poca cosa.
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