sábado, 29 de octubre de 2011

¿SE PUEDE AMAR A LA LLUVIA? (y 4)

Hay una lluvia hostil que avanza imperceptible a través del invierno. Es una lluvia cotidiana, que cae sin sorpresa ni sobresalto, sin violencia ni ruido. Va llenando los días de charcos oscuros, ocupa las horas, se adueña del cuerpo como una enfermedad terminal y nunca, nunca duerme.
Es un agua carcelaria que te cerca sin descanso en la desesperanza, que borra los contornos de las cosas, que oculta la plenitud de las islas sobre el horizonte.
Inmovilizada la vida, le resulta demasiado fácil adueñarse del futuro. Necesitamos defendernos de ella con uñas y dientes para que no se lleve también, en su turbia corriente, todos nuestros recuerdos.
No, no me gusta la lluvia cuando se queda dentro de mí.

4 comentarios:

Licantropunk dijo...

No puedo decir que haya un tiempo que me guste más que ese. La lluvia. Y cuanto más gris, mejor se escribe.
Saludos.

NoSurrender dijo...

También hay una lluvia purificadora, bautismal. Que limpia las ciudades y las memorias con constancia. Ésas son las que me gustan. Pero hace tiempo que no las siento.

MK dijo...

Hacia mucho tiempo que no leía algo tan hermoso en Blogville como estos cuatro capítulos dedicados a la lluvia.

Te diré que para mí existe una lluvia en la nostalgia .La lluvia desde detrás de las ventanas amadas ,vividas ,compartidas ..Me gusta y me hiere a partes iguales ver la lluvia cayendo sobre esas ventanas ahora ajenas, perdidas y lejanas porque me devuelve su recuerdo ,sus caricias,sus palabras.

Lula Fortune dijo...

GRACIAS...