He recibido carta de mi querido profesor Tanner y en ella me da cuenta, con su habitual melancolía, de un hecho ocurrido a un colega suyo. Sé que tras la narración de esta experiencia ajena subyace como siempre el profundo desencanto y la tristeza de un hombre que se sabe perdedor en todas las batallas. Sin embargo, esta vez creo adivinar en la rúbrica retorcida de sus letras una pequeña y circunstancial sonrisa.El amigo del señor Tanner que vive en un lugar del sur de cuyo nombre no quiere acordarse, recibió de las autoridades educativas la siguiente sugerencia metodológica:
El alumnado debe contar entre su material con tres pequeños cubiletes de plástico: uno rojo, otro amarillo y el otro verde. Durante la clase, cada alumno atenderá a las explicaciones del profesorado y situará en su pupitre el cubilete que indique su comprensión de lo explicado. Rojo: "No entiendo nada". Amarillo: "No lo entiendo todo". Verde: "Lo entiendo". De esta manera, el docente, de un solo vistazo, captará si su explicación está llegando a la clase o, por el contrario, debe esforzarse por hacerse comprender y/o por bajar el nivel de complejidad de lo explicado.
Aplicada la experiencia con puntualidad obediente, estos fueron los resultados que el amigo del señor Tanner obtuvo de su aula:
-¿Maehtro, er cubilete amarillo pa qué eh?
-Maehtro, la Yeni eh una empollona, que ciempre tiene er cubilete verde.
-Maehtro, me zan perdío loh cubileteh, ¿puedo i ar cervicio?
-Maehtro, ¿ci zaco er cubilete verde maprueba?
-Maehtro, mira cómo toco la batería con loh cubileteh.
-Maehtro, er Crihtian ma ehcupío en er cubilete.
-Maehtro, yo lo primero lo he entendío pero aluego no, ¿qué cubilete pongo?
-Maehtro, ¿si traemoh loh cubileteh hay que traé tamién er libro?
-Maehtro, yo er cubilete roho no lo pongo, que me llaman zurnormá.
Sé que mi querido profesor, con su habitual mesura de hombre razonable, no aprobaría el comentario inconveniente que voy a hacer, pero después de leer esto, lo que dan ganas es de transmutarse en un Terminator y ponerse delante del cuerpo de inspectores y pedagogos con un bazooka de largo alcance lleno de cubiletes y disparar con una liberadora sonrisa: Sayonara baby.
6 comentarios:
Ja,ja,ja...
Maehtro, ha sio la Lula, que me estaba haciendo reir
Je, je, este Tanner es adorable... ¡Qué dolor de barriga! Y eso que la cosa tiene su enjundia y su tristeza... Yo creo que es la solución, sí, está clarísimo: el día que desaparezcan los gurús educativos y los burócratas pedagógicos de medio pelo, esto de la educación se arregla. Yo te compro el lanzallamas... Ah, no, quita, que tú lo traes de fábrica... :-p
¿Qué es un cubilete?
Saludos.
SÍ, es para mearse de risa y luego pararse a pensar un poquito en manos de quién estamos... jodidos burócratas pakistanís (jerga profesoral ininteligible)
¿Un cubilete? ...si ya lo dica la palabra, un cubilete.
Besos a los tres.
Quince años dedicada a la docencia.Eso pone en el expediente de mi vida laboral.
No sabes como lo comprendo.
Así me quedé...
Palabra de verificación:
"hachies"
...ya te digo...
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