HACER LA MALETA
La terraza de la casa de Porto Ennia azotada por todos los vientos del universo, pero refugio seguro en las noches cálidas de estrellas fugaces. Los prismáticos de Giorgos con los que espiar el escaso ir y venir de barcos pesqueros. El olor a leña que subía todas las noches de la casa del vecino, Gregoris. La fonética cristaliana de la lengua griega cuando parecía que ibas a entender de un momento a otro... pero no.
Las ruinas: Las puertas de Micenas, por donde salió Agamenón en busca de Helena. Corinto y los árboles que me salvaron de la canícula asfixiante, la imposible fortaleza de Acrocorinto. Delfos y Alejandro Magno agarrando el pescuezo de la sacerdotisa hasta oírle decir lo que esperaba: "Serás inmortal". La melancólica mirada del auriga. El desolado túmulo de Maratón. Abrojos y lagartijas y la difusa emoción de la cultura.
Nauplia. La encantadora pensión Marianna, llena de naranjos y limoneros, donde daban ganas de quedarse a desayunar para siempre.
El teatro de Epidauro y el grupo de japonesas disparatadas que improvisó una hermosísima canción capaz de hacerse con el silencio.
Una noche de tormenta en el Gran Paseo de Atenas y la luz del vendedor de maíz acompañando la soledad de la Acrópolis.
Los cuerpos desnudos de aquellos dos muchachos zíngaros (juventud, encanto descarado de la vida) en la pequeña cala donde solía bañarme. El sabor del mar entrando por todas partes con el erizo que me hizo probar un lacónico pescador, clavadito a Sean Connery.
Los vendedores ambulantes en las calles de Plaka y el recuerdo de la pobreza frente a los restaurantes.
La luna.
Tuve que abandonar mi sombrero para no pagar exceso de equipaje.
3 comentarios:
la palabra de origen griego "colofón" (cima, cumbre, coronamiento de algo) adquiere aquí su justo significado como remate de tu magnífico y emocionante "periplo" (otra palabreja de esos cultos y miserables vagos tercermundistas, "paradojas" de la vida...)
Enhorabuena
Fuquiño
Qué maravilla!!!!!
No me extraña que tuvieras exceso de equipaje...jajaja
Un besito
FUQUIÑO:Muchas gracias... es una pena no poder estar en varios sitios a la vez. Un abrazo.
CAVALIERE: ay... mi pobre sombrero, si pudiera hablar... Un beso.
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