Estoy tumbada en la hierba con un vaso de brunello de Montalcino (¡menudo descubrimiento!) y pienso en todos estos días. Apenas he podido leer, apenas he escrito más allá de nombres y lugares que se escabullirán tarde o temprano de la memoria: Campaniles, viccoli, deliciosas trattorie, geranios en las ventanas, gatos atrapados, gatos mentirosos, pueblos encaramados en las colinas suplicando algo de brisa. Todo se desdibuja en un mar de imprecisión e inconsciencia.
Viccolo en Cortona.
Balcón en Sarteano.
Gato en Montepulciano.
Gatos de terracota en Volterra.
Huellas de un mensaje de Mussolini.
Viejo negocio de Castiglion Fiorentino.
Paisaje de el valle d'Arbia
Detrás de las piedras yacen esos nombres que la historia recuerda: el cardenal Piccolomini en Pienza y yo me fijo en un macellaio (carnicero) cortando porchetta junto al escaparate de su negocio; las brutales luchas de Julio II contra los Borgia y yo saboreo los funghi porcini (setas secas) más exquisitos que probé nunca; la fortaleza de Montalcino recuerda batallas por la supremacía que el tiempo borró y yo veo la sangre convertida en un vino cálido e inolvidable...
Interior de la Fortaleza de Montalcino y dos copas de brunello.
Hoy por la tarde una parte del cielo ha empezado a oscurecerse y de pronto una columna de agua se ha desmoronado sobre un paesino cercano. En el valle contiguo, Siena brillaba bajo el sol. Toda la extensión de campos y viñedos que se ve desde casa aparecía extrañamente oscurecida o iluminada. Varios rayos se encendieron sobre la torre del castillo y la cortina de agua vino avanzando hasta nosotros. Ha sido un espectáculo.
En Toscana se desperezan los sentidos abotargados: el silencio se llena de ruidos inimaginables, los pueblos al atardecer huelen a leña quemada que los pizzaioli echan al horno, el agua de los cocomeri (sandía) inunda tus manos, ávidas como niños, en cada valle la Naturaleza ha puesto una vid diferente para conforto del viajero y no hay nada en que poner los ojos que no te haga inmensamente feliz.
Pero aquí el tiempo forma parte de un transcurrir necesario y comprensible, aunque a mí me parezca una dolorosa injusticia.
Y mi tiempo se ha terminado.
12 comentarios:
Ya...
Tu tiempo terminado, tu tiempo terminado... Amos anda... Pues no tienes tú que dar lata con la Toscana y otros cielos... Oye, y el valle d'Arbia impresionante...
Reconociste la (h)ermita ¿verdad?
puff!
Ayer comentaba con ella, ¿y si pudieramos vivir una experiencia de un verano de once meses con todo su explendor y dedicación, y sólo un mes de trabajo... ¡cuánto en salud ganaríamos!
Volverás.
Y qué penita no tenerte más cerquita , mis penne rigate a le funghi porcini,con virutas crujientes de jamón y parmesano no se los salta un gitano. Tú pones el Brunello de Montalcino.
Es que la nostálgia con pan es menos nostálgia...
Besos.
Que sí , que volverás y fíjate , aún será mejor , que lo sé!
HOLA SEÑORITA!!!
Cuanta tristeza baña tus palabras, querida!!
Piensa sin embargo, que este planteamiento (a la inversa de como lo ve la mayoría de gente) de que el "paréntesis", digamos "lo secundario" es el resto del año que cuelga de las vacaciones, en el fondo es de lo más optimista...
También vale como coartada el que seguramente es más importante la calidad que cantidad (de días, en este caso), su intensidad y sabor que superan con creces tus días de espera...
eN fin, solo es una manera de sopesar las cosas...;)
Muchos beswos, Luliña!!!
(eh! que por las fotos entiendo la nostálgia...preciosas)
Las fotos son fantasticas como el blog, pero no me gusta nada eso de que el tiempo se termine...como que se termina...pelma!!, que eres una pelma, si enseguida tienes vacaciones de navidad, luego semana santa y mas tarde otro mes de verano!!
anda smile!!
besitos desapelmazados
Que fotos más bonitas! y muy buen blog. Me he hecho seguidor tuyo y te enlazo.
Un saludo!
Siempre sorprende, por mucho que se sepa, advertir cada correspondencia secreta que esconde el mundo. ¿Cómo es posible tan fiel semejanza entre Italia y España? Tantos paisajes que se copian mutuamente, tantos detalles que se repiten en puntos remotos, tantos déjà vus en lejanos espacios de tiempo. ¿Alguien sabe de dónde demonios brota esta magia?
Precioso recorrido, Lula. Gracias por darnos un paseo tan, tan bello.
Las vacaciones acabaron, pero las sensacines vividas quedarán en tu corazón.
Besos.
Gracias a todos y todas por vuestros comentarios, habituales y nuevos.
Prometo ponerme las pilas :) pero ya sabéis que los gallegos tenemos tendencia a la melancolía je, je, je.
Besos.
No sé si será necesario, puede que sí, pero nunca he aceptado lo de comprensible. Es lo que somos.
La colección de entradas italianas es impresionante; no sólo por los detalles escritos, sino por los detalles visuales, las esquinas, el segundo inmóvil. Preciosa indeterminación precisa, Lula.
Magnífico.
Un saludo.
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