lunes, 1 de marzo de 2010

IL SENSO DELLA VITA


Un grupo de soldados italianos llega a una pequeñísima isla del Egeo durante la Segunda Guerra Mundial en una misión de reconocimiento. Importancia estratégica: cero.

Pierden la embarcación, la radio se estropea y deciden adentrarse en la isla en busca de socorro a pesar de que aparentemente todo parece desierto. En realidad, mujeres, viejos y niños son los únicos habitantes que encontrarán escondidos pues los hombres fueron deportados a Alemania al inicio de la guerra.

La isla es preciosa, el agua más limpia que la de Italia, el sol brilla con más intensidad que en su país, el aire se adueña del corazón como jamás habían sentido. Los griegos acogen a los soldados con naturalidad, mientras guerra e incluso patria se convierten en palabras extrañas. 

Cada uno encontrará algo que hacer: el teniente, un verdadero artista, restaura los frescos deteriorados de la iglesia; los hermanos montañeses descubren a la pastorcilla; el sargento Lorusso filosofa ante el mar sobre la vida y la muerte; el soldado Farina halla el amor verdadero en la única prostituta del pueblo... 

Un día, de improviso, en medio de un partido de fútbol, aterriza un pequeño avión italiano con la noticia de que la guerra ha terminado...¡hace tres años! 

Se miran con estupor: su piel quemada por el sol, los uniformes desaparecidos, las armas olvidadas, la banderas maltrechas por el viento... 

La vida es eso que nos pasa mientras hacemos planes.

Mediterráneo (1991), un film de Gabriele Salvatores.


2 comentarios:

Paco Becerro dijo...

Lo bueno es que les pilló (el fin de la guerra) trabajando y viviendo...

Gran peli

David dijo...

Yo no diría tanto como gran peli, pero sí que no estuvo mal cuando la vi. Pero no me apetece revisitarla...ese es mi baremo para saber cuándo (para mí, claro) una peli empieza a ser grande.
Recuerdo la "salida" (del armario) de un soldado frente al teniente... y bastantes cosas (no deja mal recuerdo la peli, eso es cierto).
Veo que volvemos a la mítica frase de John. Si es que es una línea magistral con la que no se puede estar más que de acuerdo. Hasta hicieron una película centrada casi alrededor de esa frase: Profesor Holland (con homenaje incluído a la canción, claro).
Un saludo