MAX: La tragedia nuestra no es tragedia.
LATINO: Pues algo será.
MAX: El esperpento.
LATINO. ¡No tuerzas la boca, Max!
Luces de bohemia. Ramón Mª del Valle Inclán.
Podría parecer a simple vista que Niccolò Ammaniti abandona en esta última novela lo que ha sido una constante en su narrativa: los protagonistas jóvenes, los desheredados de una sociedad opulenta, la brutalidad, el desamparo, la ternura... Sin embargo todos esos elementos se encuentran de alguna manera enmascarados en su último libro Che la festa cominci/ Que empiece la fiesta.
La historia se desenvuelve entre dos protagonistas que irán entrenzando a su alrededor una galería delirante de tipos sociales de la Italia actual: Saverio Moneta es el líder de una patética secta satánica. Destestado por su mujer, trabaja en la mueblería de su suegro y dirige a tres desgraciados adoradores del Maligno. CLIC
Francesco Ciba es un escritor de éxito, tiene dinero, mujeres, es egocéntrico hasta el orgasmo (Tu sei forte, tu sei bello, tu sei imbattibile, tu sei incorruttibile, tu sei...ah! ah!) y no ha escrito una línea desde hace tiempo.
Las dos historias convergen en el nudo central del relato: la mega fiesta que un mafioso con negocios inmobiliarios organiza en Villa Ada, una antigua villa romana, lugar emblemático de la ciudad. A esa fiesta, organizada como un safari -con animales salvajes traídos de un zoo clausurado- asiste toda la galería de Vips imaginables: futbolistas mononeuronales, políticos corruptos, aristócratas del tres al cuarto, actrices siliconadas, místicos cocineros rumanos, velinas, cantantes, escritores...
El delirante final (que no contaré) se convierte en una pesadilla de violencia, un apocalipsis de la mediocridad, absurda y surrealista.
Si sólo se tratase de mostrar la frustración de cuatro satánicos intentando sublimar su necesidad de amor o la egoísta desesperación de un escritor paralizado, diría que la novela me parece excesiva en todo su planteamiento. Pero Ammaniti nos lanza en medio de una locura de personajes, escenas sicotrópicas, tono mundano, comicidad exasperante, crítica feroz (hacia el mundo editorial, la política, los medios de comunicación) de la única forma posible: a través de la sátira, la máscara, lo grotesco, el delirio...el esperpento. Y eso es a mi juicio, su mayor logro.
El fracasado escritor Ciba no dudará ante el cadáver de un insigne escritor italiano:
Con un colpo gli strappò la chiavetta USB 40gb dal collo/ De un golpe le arrancó el USb 40 gb del cuello donde el anciano guardaba el borrador de su próxima novela. Un nuevo Latino de Híspalis robándole al moribundo Max Estrella el billete de lotería que le resolverá su mezquina vida.
Intentar acercarse a un país cuyo presidente enciende un volcán artificial en Villa Certosa, para impresionar a las visitas... no puede hacerse de una forma lógica ni verosímil.
Plasmar un mundo ridículo, una sociedad histérica, vagando sin rumbo, persiguiendo la fatuidad, la nada como objetivo moral, una sociedad en la que todo vale y nada es una tragedia, ni siquiera la verdadera tragedia de la existencia... sólo puede hacerse desde una estética hilarante, deformadora, absurda, desde los espejos cóncavos de la mirada genial, una vez más, de Nicolò Ammaniti.
Y aunque sea arañando en esa máscara grotesca, encontraremos también todos los elementos de la materia humana más expuesta a los zarpazos de la existencia: la ternura del verdadero amor, la necesidad de cariño, el humor... la risa conjurando todos los demonios y todas las sectas posibles en una pizzeria del arrabal:
Los discípulos bajaron la cabeza. El líder de Las Bestias de Abadón elevó los ojos al techo y levantó los brazos.
-¿Quién es vuestro líder carismático?
-¡Tú! -dijeron a coro Las Bestias.
-¿Quién ha escrito La Tablas del Mal?
-¡Tú!
-¿Quién os ha enseñado la Liturgia de las Tinieblas?
-¡Tú!
-¿Quién ha pedido papardelle con liebre? -dijo el camarero con una ristra de platos humeantes sobre el brazo.
-¡Yo! -el líder levantó la mano.
-Cuidado, que queman.
6 comentarios:
El diálogo final se parece a una peli de los Hermanos Marx.
Todavía no me he adentrado en los mundos de Ammaniti, no sé porque. ¡Y no me riñas tanto, joder la hóstia! y para de soltar tacos, miña Lula ;)
Besitos reconciliadores.
Jo, para uno que me salto, yo que vengo a verte tan a gusto...
Besos de fin de semana
Besitos y caricias a los dos. :)
Es genial, me ha encantado.
Y la cita de Luces de bohemia, como un guante.
FERNANDO: me alegro que te guste, Ammaniti es uno de mis autores favoritos ¿Has leído el libro?
Un beso.
No llego a tanto, Lula.
Sólo el trozo que habéis traicionado en el otro blog.
Por cierto, lo del "apocalipsis de la mediocridad" es la idea más terrorífica que he oído en mi vida.
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