jueves, 15 de julio de 2010

VINCERE

En un pequeño ateneo, frente a varios teólogos y sacerdotes, un jovencísimo Mussolini, pretende demostrar la inexistencia de dios. Con una teatral parsimonia, se levanta, pide un reloj y conmina al todopoderoso a que lo fulmine antes de cinco minutos. La fanfarronada termina con una algarada y el joven socialista, antimonárquico y anticlerical Benito, saltando por la ventana.
Una mujer lo mira arrobada desde la penumbra: es Ida Dalser, la que se convertirá en amante entregada, benefactora económica (vendió todo su patrimonio para financiar el periódico de Mussolini), esposa, aunque sin pruebas y madre del primogénito del futuro duce.

Vincere (2009) el film de Marco Bellocchio se centra en la historia de esta mujer, abandonada, repudiada y olvidada en un centro psiquiátrico hasta su muerte. La misma suerte que correrá su hijo, Benito Albino Mussolini.

A pesar del inevitable trasfondo histórico que impregna la película, con imágenes de archivo o recreaciones de la época (muy curiosa la presencia de futuristas), lo que nos ofrece el director es la historia de una negación: la negación de Ida Dalser de su trágico destino.
El personaje de Mussolini acaba desapareciendo de la pantalla hasta convertirse en un busto marmóreo o una bufonesca imagen de documental. Por otro lado, es alucinante viendo esas imágenes reales, cómo un payaso de tal calibre fue capaz de dominar un país entero. Aunque pensando en Berlusconi, lo entiendo perfectamente.

La absoluta entrega de Ida a su amante llegó a resultarme un tanto insufrible en la primera parte pero su perseverancia y cordura, su lucha irreductible frente al sólido engranaje fascista que la redujo como ser humano y la apartó sin piedad de su hijo, acabó conmoviéndome.

Y muchas cosas más me gustaron de esta película. La música de Aida, Tosca o Rigoletto que subraya la tragedia de un modo inconfundiblemente italiano. La presencia del cine en cada una de las etapas de la vida de la protagonista: asistiendo a los documentales de exaltación guerrera o la preciosa imagen del hospital de campaña con la pantalla en el techo o el pase del El chico de Chaplin en el manicomio donde Ida está recluída...

Las poéticas imágenes de una mujer encaramanda en una verja, lanzando al exterior esas cartas de auxilio que nadie leyó y que acabaron por disolverse en el vacío como los frágiles copos de nieve.

El fantástico trabajo de Filippo Timi caracterizado como el inexpresivo Mussolini padre y más tarde el patético y conmovedor hijo, preso de la locura.

La serena belleza de Giovanna Mezzogiorno que sabe mirar como nadie.

Cuando salí del cine, el espejismo del verano norteño se había diluído en una fina lluvia. Vincere...vencer...qué pasión más inútil la de algunos seres humanos.

4 comentarios:

David dijo...

No la he visto. Había leído una reseña recomendando la película en De gusanos y lombrices.
La tuya me ha gustado también (sobre todo esa referencia a Berlusconi)...
Pues tomo nota, Lula.
Un abrazo.

Paz Raña dijo...

Preciosa historia de desgarros :)

Anónimo dijo...

La vi, porque vi tus comentarios aquí, y me desperto interes.
pelicula oscura, encenas de teatro.
Senti la impotencia de Ida, su desespero...triste.
la película también hace alusión al proprio cine, como medio de comunicación en dicha época.
Los actores fantasticos.
Pero no me dijo mucho más.


has visto "la leyenda del pianista del oceano" (G.T)
Brava!!

Lula Fortune dijo...

DAVID: pues eso. Un abrazo.

PAZ: un pouco terrible...sí. Bicos.

ANÓNIMO:Tomo nota de tu recomendación. Sí, lo que describes es exactamente lo que cuento y a mí me parece mucho más de lo que me ofrece la mayoría de las películas en cartel. Aquí en este yermo provinciano, claro.
Un abrazo.