De entre todas ellas, surgió Sandy Powell, una diseñadora británica que subió a recoger su tercer Oscar al diseño del vestuario (Shakespeare in love, The aviator, The young Victoria).
Y subió decidida, lenta y elegante, destrozando sin complejos todas las tendencias.
Posiblemente no sea el suyo el look más espectacular del mundo. Es tan sólo un vestido de seda con un corte impecable y un estampado extraño, un cabello corto y rojizo bajo una boina de lentejuelas, unos larguísimos pendientes y dos hileras de pulseras abrazando la estatuilla.
Es tan sólo una mujer hermosa e inteligente que bajó a recoger el premio a su talento y a su trabajo con una tremenda sonrisa de satisfacción.
Enhorabuena a Sandy Powell y a todos los que piensan que la parte mas sexy de una persona es, sin lugar a dudas, el cerebro.
4 comentarios:
Bien visto, Lula... no es necesaria tanta pomposidad (ni tantas joyas deslumbrantes)ni uniformidad (nunca mejor dicho) para estar bella y elegante..
Tienes razón, Lula. A mí también me gusta esta mujer, quizás mo tan espectacular como otras, pero que sin duda posee una belleza personal y diferente. Y como sabes que yo detesto la pewtendida perfección, pues sí, ne gusta esta mujer de rostro simpático y atractivo
pretendida, no eso tan raro de prewtendida, que ya no se lo que me digo.
Sí, claro que tienes razón. Pero, por otra parte, ¿qué son los Oscar sin esos vestidos, joyas, escotes? Yo hace años que no los veo, pero sé que han sido no sólo porque lo veo escrito, sino por esas fotos en las que las actrices salen tal y como describes. Un saludito.
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