Cuenta la historia de dos jóvenes músicos, Ahskan y Negar, sus intentos por recomponer un grupo de rock indie mientras tramitan sus pasaportes falsos para dejar un país en el que toda actividad musical que suene a occidental está severamente perseguida.
El peregrinaje de la pareja protagonista por Teherán en busca de músicos sirve de hilo conductor para adentrarnos en ese mundo underground. Y nunca mejor dicho: estudios clandestinos, locales subterráneos para ensayos, sótanos infames o establos donde la juventud iraní persiste en su voluntad de hacer la música que quiere, a riesgo de ser detenidos por la policía islámica o ser delatados por los vecinos.
No es, cinematográficamente hablando, una gran película. Su estructura es repetitiva (sótano-grupo-canción), las imágenes tampoco ofrecen gran cosa -desenfocadas en muchas ocasiones, poco planificadas- e incluso diría lo mismo de muchos diálogos, fruto de la improvisación y de una falta de revisión.
Pero es innegable el interés musical que subyace en ese muestrario de estilos que se despliega ante el espectador: heavie, pop, rock, indie, rap... algo que nos hace pensar en que, efectivamente, no sabemos nada de gatos persas. Por lo menos yo.
Y en todas esas canciones el mismo denominador común: letras sin esperanza en una ciudad oscura. No way out.
Yo diría que el interés de esta cinta, más allá de la música, radica en su propio testimonio, en la urgencia con que parece rodada, más cercana al documental que a otra cosa. Más deseosa de decir al mundo lo que sucede tras las puertas de un país que cercena las libertades a cal y canto. Y no sólamente las musicales.
Hay una escena muy significativa en casa de un viejo loco que fabrica pasaportes falsos y adora las películas de Nicholas Cage. Allí coinciden los protagonistas con otra pareja y se entabla una curiosa conversación entre las dos mujeres. Cuando Negar le pregunta por qué quieren irse, la mujer le responde: "necesitamos aire fresco, vivir sin miedo, marcharnos a cualquier lugar, las catarátas del Niágara, Londres, Australia, nos da igual. Nos quedaremos donde seamos más felices".
No hay ninguna identidad nacional, ninguna ley, ninguna religión, que iguale más al ser humano que esa íntima necesidad.
5 comentarios:
Una nueva pista que nos dejas, tras estas canciones que lanzas al aire, pelis, y libros, sugerencias cariñosas que dejas en el espacio...
Llegan, como te decían en la entrada anterior, no te preocupes, que nos llegan.
Nicolas Cage? Que raro, no sabía que compartieras afición con esos falsificadores de pasaportes.
Bueno vale, yo también, ya sabes..
A mí la peli me parece un poco "rollo"... no tiene estructura narrativa apenas, ni ningún engarce trágico... nada aparte de ese estilo de docu-drama que ya está tan pasado de moda.
Es cierto que no sabemos nada de "los gatos persas", pero es que nos lo ponen muy difícil para que nos interesemos por ellos.
thanks por la recomendación!
un saludo!
y ya te contaré mi opinión, si la veo!
Bahman Ghobadi. ¡Menudo director! Por lo que cuentas esta parece no haberte gustado mucho. Si no las has visto, te recomiendo dos no-puedes-dejar-de-verlas: "Las tortugas también vuelan" o "Un tiempo para los caballos borrachos". Gran cine.
Saludos.
FB: ¿Nicholas? si hasta tengo un grupo en facebook jajaja. Legan, llegan...como brisas lejanas, pero llegan. Un besito.
CARRASCUS:hombre, no es que me entusiasmase la peli, como ya dije, pero sí me resultó interesante. Será porque tengo una miga iraní, pero me llegan las cosas de otra manera, supongo que será eso. Un beso.
JAH WORK: eso, eso, me dices qué tal. Un beso.
LICANTRO: Sí que me gustó, pero por otros valores que le vi más que por los estrictamente cinematográficos. Y no, no he visto esa que mencionas, la buscaré. Un besito.
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