Morreu Deborah Kerr. Sempre me pareceu unha muller elegante e distinguida, aínda que cunha pincelada de cursilería.
Entón lembro os inesquecibles revolcóns na area mollada con Burt Lancaster (meu Burt!) e vexo toda a paixón contida na súa ollada brilante.
Tamén a vexo alí sentadiña, no seu sofá, coas pernas inúteis delicadamente cubertas e vexo como se lle enchen os ollos de amargura diante da despiadada ironía de Cary Grant e berro: "Non, non! Ela non podía..." e déixome levar por ese torrente de bágoas que me cega e déixome bicar por Cary Grant, que ao fin, comprende.
Un pensamento agradecido para esa gran dama.
Descanse en paz.
9 comentarios:
ELVIRA LINDO, Un beso que se adelantó a su tiempo.
Hay artes que se aprecian con el tiempo. El juicio juvenil, tendente a admirar la belleza en su sentido más obvio, no suele apreciar cierto talento. El arte de la interpretación de esta actriz, Deborah Kerr, está seguramente inscrito en toda esa lista de tesoros que nuestros ojos juveniles no podían disfrutar del todo. A la Academia de Cine americano le debió pasar lo mismo porque, siendo una actriz respetadísima, nunca la consideró merecedora de un Oscar. Mejor dicho, se lo concedió cuando ya no quedaba más remedio, al final de una carrera plena de interpretaciones preciosas. Desde siempre recuerdo a Deborah Kerr pero mis ojos de niña o adolescente preferían a las actrices más arrebatadas o más guapas. Ahora, mi experiencia me permite disfrutar de toda la sutileza de su estilo. Una sutileza que la encasilló en papeles de mujer contenida y atormentada y de la que ella intentó zafarse atreviéndose a protagonizar ese De aquí a la eternidad, que contiene una de las escenas más calientes del cine de esa época y de ésta, en la que lo caliente siempre parece estar relacionado con lo obvio. La Kerr era de todo menos obvia y previsible, y todos los papeles que interpretó están abordados de una manera muy moderna, que la enmarca más en el naturalismo de los grandes actores de ahora mismo, que afrontan la naturaleza de los personajes no sólo desde lo que dice sino también en lo que se contiene y se calla.
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Los grandes directores supieron ver el talento de esta actriz con formación teatral -lo cual siendo una actriz inglesa significa poseer una gran preparación- y no es casualidad que John Huston, Mankiewicz, Zinnemann o Jack Clayton se rindieran a esta mujer de belleza nada estridente y tan rica en unas emociones interiores que la hacían apropiadísima para interpretar a personajes de grandes turbulencias psicológicas. Aunque los buenos títulos que protagonizó son muchos y serán en estos días reseñados por los expertos, yo, como simple admiradora, me quedo con dos momentos y papeles que guardo como esenciales en mi memoria cinematográfica y que compartiré con muchos espectadores: el tórrido beso en De aquí a la eternidad con Burt Lancaster en la playa, donde todo lo que puede expresarse sobre el deseo sexual está en esos dos cuerpos mojados sobre la arena, y la inquietante personalidad de la institutriz de Otra vuelta de tuerca, de la que no llegamos a discernir si está en esa casa para aterrorizar a unos pobres inocentes o si está inocentemente aterrorizada. Tuvo la suerte de protagonizar películas eternas, de esas que han superado con toda justicia la criba del tiempo, y las supo enriquecer con la fuerza de un raro, nada usual atractivo. Demostró su capacidad de interpretar papeles muy diversos aunque creo que hay algo que le hubiera resultado imposible: desprenderse de su delicada feminidad y de una tremenda elegancia. Dicen que ha muerto sin recuerdos, sin saber que ella era Deborah Kerr.
A tensión sexual entre Cary Grant e Deborah Kerr na peli de Leo McCarey era inigualable, sen necesidade de espirse ou tan siquera case de bicarse. Hoxe EL PAIS lembra: "Cary y yo sabíamos cómo besa. Cuando hacíamos una escena de amor no nos intentábamos engullir uno al otro, pero por esos breves instantes, nos amábamos". Longa vida a Deborah Kerr.
Me alegra que la gente le dedique posteos hoy a esta dama. Te recomiendo que te pases por el blog de Alex
http://antarcticastartshere.wordpress.com
que tambien le dedica una bonita página.
El Parkinson acabó por fin con la heroína que parecía una señora y actuaba como una puta... Tardará en haber otra actriz tan versátil.
Amo la película Tu y yo (ambas versiones) y todo el cine de McCarey. Amo a Deborah. La grandeza de las obras maestras es que nunca mueren.Si tuviera el dinero suficiente viajaría a Nueva York y subiría al Empire State y dejaría una rosa roja en el lugar donde no hubo el encuentro.
Besos Lula,hoy me has tocado de verdad mi vena románticona.
Gracias, Arumes y MK por vuestras aportaciones. Besitos agradecidos.
Curiosa descripción , Carrascus. Besos nosé, nosé.
Pues tienes que ir , Francisco, NY es la ciudad más románticamente cinéfila que conozco. Besos desde el Empire State.
¡Era inevitable! :). Un beso Lula
Nunca hubiero podido interpretar a una mujer vulgar...imposible para ella...llevaba en la sangre toda la distinción del mundo, Deborah...
Un beso!
Que gran actriz, siempre digo que estos grandes del celuloide nunca mueren, porque cada dos por tres les veo en el cine o en casa,...pronto la volvere a ver seduciendo a C,Grant en la peli "Tu y Yo"..en español, para citarse en el Empire State...
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