lunes, 9 de noviembre de 2009

LIBRE


Algunos libros llegan a tu vida de forma sigilosa y se quedan ahí, en la repisa de tus días, sin protestar, sin pedir nada, con la presencia silenciosa y discreta que sólo las grandes obras saben tener. Hasta que un día sin más, los ves y los abres y descubres con asombro las maravillas que encierran y te maldices por haberte escatimado una obra maestra durante tanto tiempo.
El arte de volar es sin lugar a dudas una Obra Maestra. 
Y lo es por todos y por cada uno de los elementos que tejen la urdimbre compacta y fantástica de sus páginas. Antonio Altarriba escribe un guión sin fisuras de principio a fin, una historia que se abre y se cierra suavemente sobre la vida de su padre, sobre su propia vida, sobre la vida de España en el último siglo.
Un padre que decidió acabar con esa vida tirándose por la ventana de la residencia donde vivía, tenía 90 años. Aunque mejor diré que decidió, por fin, echarse a volar. 

Se suicidó el 4 de mayo y en la residencia me exigieron que pagara los 34 euros que había quedado a deber por no haberse suicidado el día 1. Había tres días que no había pagado. Me pareció que después de una vida como la que tuvo mi padre, en la que había sufrido tantas derrotas y humillaciones, esto suponía una ofensa más que no podía consentir.


Este hecho trágico le sirve a Altarriba para estructurar la historia de un modo poético y brillante (que no puedo desvelar sin menoscabo del placer de su descubrimiento). Haciendo valer ese "pacto de sangre" que le unía a su padre, toma las riendas del relato y con su voz prestada se dispone a contarnos los noventa años de sueños inalcanzados, de frustraciones vitales, de luchas políticas y esperanzas, de breves e intensos destellos de felicidad. Y precisamente esta perspectiva narrativa se convierte en otro de los grandes hallazgos del relato.
La vida de Altarriba padre se va escribiendo a la par de los grandes acontecimientos de nuestra historia reciente: la guerra civil, las fraternidades anarquistas, el exilio francés, los campos de prisioneros, la desorientación vital y el abandono de tantos españoles fuera de nuestras fronteras, la triste, humillante y castradora vuelta a un país extraño y definitivamente gris.


Y toda esta historia no alcanzaría la grandeza que nos conmueve sin el excepcional trazo de Joaquim Aubert, Kim. Es el dibujo- minucioso, melancólico, poético, delicado - el que encauza el tono de la narración y le da sentido. Envuelve, con los infinitos matices del blanco y negro, tanto las acciones como los silencios, la mísera realidad y los sueños.

Altarriba y Kim son los artífices de mucho más que una crónica histórica. El relato se detiene o avanza al ritmo de la vida de un hombre, de los afectos e ideales soñados, de los detalles insignificantes que nos hacen ser hijos de nuestros actos. 
Se detiene y comienza en el alféizar de una ventana, una hermosa mañana de mayo.


13 comentarios:

Raúl dijo...

La frase de la viñeta de las pantuflas, es demoledora.

MK dijo...

Gracias Lula , tengo no muy lejos de esta mesa a un viejo anarquista al que quizás le gustará mucho conocer esta história.
Besos noviembreros

atikus dijo...

Que curioso, estaba leyendo un post sobre el miedo, y el que escribí yo el finde trataba sobre los ángeles que, sólo ellos tienen alas...y cuando he leído tu post me he acordado de un sueño que tengo amenudo, y que creo que es muy común, el de volar,...un sueño que muchos han soñado "despiertos".

Supongo quesignificará para muchos libertad, o independencia o tratar de buscar otros caminos...yo normalmente recuerdo al soñar que neceito concentrarme en el vuelo para subir...jiji...si me despisto me caigo, que cosas!!, de momento o recuerdo llevar a ninguna chica e los sueños, si quiere te doy una vuelta como superman, pero tienes que pedirle permiso a mi subconsciente ;)


besitos desde la nube

lu dijo...

Qué buena pinta, Lula, por cómo lo describes parece que merece mucho la pena, así que me lo apunto. Es verdad lo que dices de las sorpresas que dan algunos libros que tenemos en las estanterías sin abrir. No se sabe muy bien por qué, pasa y pasa el tiempo y preferimos agarrar otros, hasta que... ¡Ay! Los abres, te menean todo por dentro y te dices: ¡¿A qué estaba esperando?!
Me pasó hace poco con La decisión de Sofie de William Styron. Si no lo has leído, te recomiendo, te ruego, te suplico que lo hagas. Obra Maestra también.
Besos!

X dijo...

He leído tu post con atención, me encantan las entradas que destilan pasión sobre lo escrito y la presiento en tus letras. La verdad es que llevo tiempo asomándome al mundo del comic, no sin cierta cautela propiciada por mi desconocimiento. Aún así con ganas de aprender y disfrutar.

Anotada queda, pues, tu recomendación. En mi siguiente paseíllo por la fnac afinaré la vista.

Jarl! dijo...

Pues yo no es que tenga mucho que decir, pero... qué me dices tu a esto? http://maps.google.com/?ie=UTF8&ll=43.445068,-7.848873&spn=0,359.824562&t=h&z=13&layer=c&cbll=43.445104,-7.848973&panoid=WEPNh0b4Uom0XDXcYZlx4A&cbp=12,83.36,,0,-2.84

Mola, o no mola?

nancicomansi dijo...

¡¡Glups!!! pinta melancólicamente bello este libro...
Y la imagen de la ventana y las pantunflas es de las que te parten el corazón en dos..

Este tipo de historieta gráfica es la que me gusta...yo, la fantasiosa y multicolor, bebo los vientos por relatos cotidianos contados con mimo, exquisitez y veracidad, de gente corriente que vive sus momentos de rutina diaria con mil soles de intensidad, y lo cuenta como si nada...
precioso.

mil besos!
(¿conoces "arrugas" de PAco Roca? también debe ser de un aire parecido e igual de hermoso...yo lo tengo pendiente)

Antonio Altarriba dijo...

Lula, eres un encanto. Tu crítica me parece excelente. Está muy bien escrita, respira sinceridad y emoción. Y es lo que más aprecio en una crítica. Sé que la historia de mi padre es también la de tu abuelo y la de tantos otros que perdieron pero que tenían razón. Quizá por eso perdieron. Porque la Historia va demasiado a menudo en contra de la verdad y de la honradez. Y en esa batalla también nosotros estamos implicados.

Bueno, que no quiero estropear tu crítica poniéndome pesado. Gracias y un beso.

arume dos piñeiros dijo...

Que lujazo, dona Lula! O mesmísimo Antonio Altarriba, ese grandísimo escritor e mellor persoa que camiñou baixo a chuvia de Vigo camiño do Toni's para rematar cantando Este amor no se toca.
Unha emoción inenarrable telo por estes lares, meu amigo.

Licantropunk dijo...

Lo pillé este verano en La Coruña, en "Viñetas do Atlántico" y aún ni lo he abierto. Tempus fugit, cagontó.
Saludos.

Eduardo Baamonde dijo...

El arte de volar conseguirá la gran difusión que obtuvo en su momento Los girasoles ciegos gracias al volumen del eco popular. Mucho más alto y eficaz que el de los critiquillos, columnillos, juradillos y demás chupaculos. Sigue probando el eco de tu atalaya.

Lula Fortune dijo...

Muchas gracias a todos y todas por vuestros comentarios, como siempre, sois la sal de la blogosfera.
Y un saludo especial para Antonio Altarriba por el detallazo de pasarse por aquí, ¡glups! a leer esta humilde reseña.

No he podido contestaros a todos ni entrar mucho en vuestross blogs porque estoy malita: principio de tendinitis en la mano derecha por usar el ordenador ¿os lo podeis creer? Así que ya sabéis, ser unos viciosos de la red puede alterar gravemente vuestra salud.
Pues, hala, al vicio jajajajajajajaja.
Besos.

Fernando García Pañeda dijo...

Hay entradas que denotan tal empuje y pasión que se hacen irresistibles.
Y eso se agradece más que como simple recomendación de una creación que haya llegado al alma.
Gracias, Lula.