jueves, 26 de febrero de 2009
PIGS ON THE WING
Esto es lo que se veía desde la ventanilla del tren que me llevaba de Victoria Station hasta el aeropuerto de Gatwick.
Seguro que lo habéis reconocido. Por si acaso os dejo una pista mientras ordeno un poco mi vida. ¡Qué estrés esto de los viajes!
viernes, 20 de febrero de 2009
lunes, 16 de febrero de 2009
RIP
Pero yo sé que no será lo mismo.
- ¿Has visto? -dijo mi madre con lágrimas en los ojos- nos ha mirado.
Pero lo que no sé es si podré desprenderme algún día de sus tristes miradas de adiós.
sábado, 14 de febrero de 2009
miércoles, 11 de febrero de 2009
MANUALE DE AMORE
El texto está firmado por un tal Guido, quizás un clérigo de Caserta, y en él se dan explícitos consejos a las mujeres, lo que probaría la existencia de un público femenino alfabetizado, como explica un profesor de dicha Universidad.
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
domingo, 8 de febrero de 2009
GOODNIGHT BENJAMIN,GOODNIGHT DAISY
- ¿Me querrás cuando tenga arrugas en la cara, el cuerpo flácido y me olvide de las cosas?
- ¿ Y tú me querrás cuando tenga acné, cuando me asuste de la oscuridad o me haga pis en la cama?
El destino de Benjamin Button aparece ligado a un primoroso reloj que gira en sentido contrario para satisfacer la desesperada necesidad de su creador de devolverle, aunque sea simbólicamente, la vida a su hijo.
Y aceptando la vida como viene, sin haber elegido su condición, Benjamin intentará vivir como lo haría cualquier ser humano: de la mejor forma posible. Se convierte en espectador de la Historia, de las vidas de otros y de su propio e inusual transcurrir.
Lo que en un principio parecería un relato descabellado acaba revelándose en una metáfora perfecta de nuestra propia vida: nada es definitivo, nada es inamovible. No importa que te equivoques, siempre que quieras puedes empezar de nuevo, no hay reglas. Aunque en esa absoluta libertad lo único que no puedes cambiar es el paso del tiempo, poco importa que vaya en una dirección o en otra. Los seres que amas irán desapareciendo en el camino, el amor, la pasión, el paraíso... nada es perfecto eternamente. De ahí la importancia de vivir cada momento con intensidad y entrega.
Despojados de nuestros aditamentos sociales y sin la necesidad de cumplir unas metas, todos los seres humanos estamos hechos de la misma pasta imperfecta y mortal. Podrás sentarte en el porche, atisbando la luz de la tarde o una brisa que cambie el movimiento de los árboles; podrás rebelarte, blasfemar y escupir, como el tatuado capitán del barco, pero al final, no te quedará más remedio que aceptar marcharte.
Basado libremente en un relato de F. Scott Fitzgerald, el director David Fincher nos ofrece una historia de exaltación de la vida en toda su esplendorosa, variada, apasionada e incompleta normalidad.
Sin embargo,
la perfección existe
y se llama Brad Pitt.
jueves, 5 de febrero de 2009
COMENIUS (2º PARTE): PAISAJES
Como contraste, Milano apareció como un hervidero de coches, tranvias, motorinos y viandantes que desafiaban a un viento glacial empeñado en seccionar mis extremidades. Caminé desde la estación, bajo ese cielo gris y opaco, por via Dante hasta desembocar en el Duomo.
Y de un santuario a otro.
Después de la obligada visita a las galerias Vittorio Emannuelle, después de pisarle las bolas al toro, conjurando la mala suerte y dejar atrás la insulsa fachada de la Scala, llegué a via Manzoni, 31.
Sí, estuve en la espina dorsal, en el corazón y el alma de Giorgio. Un edificio de varias plantas por el que pude pasear con absoluta libertad (no photos, please) entre ropa casual, complementos, joyas, ropa de casa e inalcanzables, maravillosos, refinados y perfectos trajes de noche. Y con absoluta libertad me marché -en estado místico, eso sí- con los precios haciendome chiribitas en los ojos.
Sólo un paso de cebra separa la casa del dios Armani de la via Monte Napoleone, una calle exquisita, flanqueada a ambos lados por todo aquello que conforma, átomo a átomo, la palabra Lujo: Salvatore Ferragamo , Dior, Gucci, Versace, Valentino... brillan en la oscuridad de la tarde con calculada e hipnótica simetría
Y mientras tú, simple mortal, te cruzas con milaneses orgullosos de indiferente mirada. Viejas de morros tuneados y gafas con logo brillante dentro de indecentes abrigos de pieles; mujeres maduras con chaquetones ajustados, maquillaje perfecto y tacones de vértigo; hombres con elegantísimos abrigos de paño, bufandas gigantes y zapatos primorosos; jóvenes de de excéntrica y calculada imagen, con deportivas chillonas, bolsos de marca y cortes de pelo imposibles: un auténtico, Esplendor en la niebla.
El lago di Como supuso un remanso, un tanto decadente, entre tanta vorágine milanesa. Fue el único día en que vi el sol. Y resultó agradable dejarse acariciar por esa tibieza, como un lagarto perezoso, dormitando en sus plácidas orillas.
Allí había ancianos solitarios leyendo el periódico, ancianas parejas paseando, ancianos cuidando a sus nietos, ancianos por todas partes.
lunes, 2 de febrero de 2009
COMENIUS (1ª PARTE) : LAS PERSONAS
Llegamos a Malpensa con la curiosidad y la inquietud de saber cómo o quién nos recibiría. Pronto salimos de dudas: nada más traspasar la puerta de Arrivi (Llegadas) allí estaba Ivana Morlacchi, diminuta, elegante, educada y perfecta, acompañada de su mamma que, embutida en tremendo abrigo de visón, sujetaba un cartel con la palabra Comenius. Y si algo he traído de este viaje, además del fruto del trabajo, ha sido el calor humano, la cordialidad con que se afanaron en arroparnos del frío invierno milanés.
De izquierda a derecha: la Morlacchi y Giovanna.
La Morlacchi, como la llamaban sus colegas, era una mujer silenciosa y amable, que se deslizaba como un colibrí con sus trajecitos de chaqueta y sus tacones de vértigo por los pasillos del Enrico Fermi. De discreta y eficiente presencia, siempre tenía una sonrisa preparada y una palabra cálida dispuesta para ti.
Annia venía de Alemanía (y perdón por el ripio) era desgarbada, simpática y aficionada al chianti. Fue la primera en romper el hielo al preguntar si George Clooney estaría en el Lago di Como para recibirnos.
El último de este encuentro en la cumbre fue nuestro querido Leos. El chico checo, como le llamábamos bromeando, fue nuestro fiel acompañante durante toda la semana. Se emocionó con Italia, con el proyecto y con las jóvenes ayudantes de la Rossetti, todo hay que decirlo. Estaba feliz, exultante; y cuando nos despedimos, con verdadera emoción, solo nos dejó ir bajo la promesa de visitarlo en Praga la próxima primavera.
De izda. a dcha.: mi colega Esther, la Rossetti, Annia y Leos.
Resultaría larguísimo seguir nombrando a todos aquellos que se mantuvieron atentos a nuestras necesidades, pero también injusto no mencionar a Stefano e Ilaria, nuestros magníficos cicerones en Milán; a Giovanna y Sara que disfrutaron con nosotros de un cálido atardecer a orillas del Lago di Como; a Alexia y su desbordante alegría, a Ana, a Alexandra...
Ilaria y Stefano junto a Esther y Leos en Milano.
Sara, Esther, Leos y Giovanna en el Lago di Como.
Han sido días intensos, agotadores, llenos de caras amigables, de sonidos en distintas lenguas, de obtusos formularios europeos, de tormenta de ideas, de ilusión, de pizzerías olorosas, de improvisadas lecciones de checo, de viajes en tren, de heladas mañanas invernales y... por qué no, de felicidad.