Encendida. Escribo este post encendida como una tea y quizás para los que sois del continente (Galicia es sitio distinto, todo el mundo lo sabe) deberé explicar que se debe a la lectura de
esta noticia, en la que se recogen las declaraciones del catedrático de Literatura Española (qué se le va a hacer) y nacionalista, señor Francisco Rodríguez, sobre la figura de la poetisa Rosalía de Castro.
Vaya por delante que no tengo nada en contra de la persona del señor Rodríguez y por supuesto mucho menos en contra de Rosalía, poeta a la que valoro y estimo en su justa medida. Lo que me fastidia es que base su defensa de la escritora en el ataque a Emilia Pardo Bazán, por lo menos en el artículo de prensa al que hago referencia. Lo que me fastidia es que no sea coherente en los argumentos que utiliza. Lo que me fastidia, en fin, es tener que leer cosas como: Rosalía é unha estranxeira na súa patria/ Rosalía es una extranjera en su patria.
No creo que haya una presencia más notoria en estos lares que la de la escritora de Padrón: homenajes, artículos, tesis doctorales, fundaciones, recitales y menciones de sus numerosos defensores, estatuas, calles, nombres de colegios y un largo etcétera.
La figura de
Rosalía aparece con tema propio dentro de los libros de texto escolares de Língua Galega y de Lengua Castellana.
Doña Emilia, en cambio, a pesar de fue muy reconocida en su época y de que participó activamente en la vida cultural y literaria -tanto de Galicia como fuera de ella-, de que su obra fue ingente, novedosa y arriesgada, deba conformarse con una nota al margen de dichos libros en el tema del Realismo. Es curioso pero creo que, ya puestos, eso de "extranjera" en su patria se le podría aplicar mucho mejor a Pardo Bazán.
El señor Rodríguez debe quedarse sin argumentos cuando al contraponer el feminismo de Rosalía con el de Doña Emilia diga de esta última que es una "clasista". O yo no entiendo mucho de argumentos o creo que nos está haciendo trampas. Puede ser que en este punto del feminismo la labor de Pardo Bazán sea tan apabullantemente inteligente, adelantada a su tiempo, racional, coherente y combativa que no le quede otra más que salir por peteneras. Aun así es de agradecer que no le llame "gorda" como hicieron los insignes próceres de la literatura en aquellos tiempos, incapaces de rebatir la afilada dialéctica de la coruñesa.
Pensaba yo con cierta ingenuidad que si se trataba de hacer comparaciones literarias quizás sería más apropiado comparar a Rosalía con otra figura más acorde con su sensibilidad y producción literaria como puede ser Emily Dickison, por ejemplo. Pero claro, no hablamos de literatura y como dice mi gran amigo Pepe Soto, en ese caso es como tratar de convencer a un fundamentalista de la inexistencia de dios.
En fin, que podría seguir y seguir, pero creo que aburriría a mis ya escasos lectores. Si la figura de Rosalía "empeza a non significar nada para os mozos", como afirma el señor Rodríguez, no creo que se deba a la marginación de la lengua (que la hay, vaya por delante) sino tal vez a que Rosalía, como tantos otros escritores en cualquier lengua, empiezan a oler a naftalina para las nuevas generaciones.