miércoles, 30 de septiembre de 2009

ACROSS THE UNIVERSE

El joven Jude parte de su Liverpool natal hacia Estados Unidos en busca de su padre. Una vez llegado a New York conocerá a Lucy (¿os van sonando los nombres?) y pronto entrará en su círculo de amistades. Estamos en los años 60, viviendo la efervescencia artística del Greenwich Village, las protestas anti Vietnam, la psicodelia, los profetas cósmicos y una azarosa historia de amor entre los protagonistas.
Across the Univers es una película que no tiene nada de especial en lo que concierne a su historia, cientos de veces llevada a la pantalla con mejor o peor éxito, como melodrama o incluso como musical (imposible no acordarse de Hair). Lo que la convierte en un objeto de curioso interés son las 33 canciones de los Beatles que componenen la banda sonora.
Su directora, Julie Taymor, construyó la historia partiendo de las canciones, de ahí que el resultado final resulte un tanto irregular. Hay  momentos brillantes como éste Strawberry Fields,  bien traído y enlazado con la historia y otros un poco forzados, la verdad, en los que no resistes la tentación de hacer apuestas sobre el título que vendrá a continuación. 

A pesar de todo, Across the Univers resulta un film raro, recomendable sin titubeos, con imágenes sorprendentes y unas melodías que acarician nuestro corazón.
Un pequeño placer para ese beatleriano que todos llevamos dentro. O casi todos.


martes, 29 de septiembre de 2009

LUCK, SOY TU PADRE

Fotografía de Pieter Hugo: Clic

lunes, 28 de septiembre de 2009

EL DESEO Y LA REALIDAD

Así de formales, hieráticos y serios posaban en el Ateneo de Sevilla los integrantes de la Generacción del 27. Esta foto, ilustró/ilustra nuestros libros escolares desde el principio de los tiempos.
Las fotos amarillentas  nos ofrecen la imagen de un mundo desvaído, figuras carcomidas en la sombra de señores envarados y distantes. Y nos costaba imaginar que aquellos trajes grises contuvieran la delicia de La voz a ti debida, la potencia de Poeta en Nueva York, la pasión de Historias del corazón... porque todas esas palabras engarzadas hablaban de amor, de sufrimiento, de vida, de movimiento.

El Instituto Cervantes acaba de dar a conocer un documental con vídeos inéditos de esta generación  y no puedo evitar la curiosidad al verlos aunque una mezcla de ternura y de tristeza se me quede allá dentro, pegada en el álbum del tiempo. 


viernes, 25 de septiembre de 2009

JESUS


- ¡El puto Quintana! Ese fantasma sabe jugar.
- Pssss... sí, pero es un pervertido, Nota.

BUEN FIN DE SEMANA

miércoles, 23 de septiembre de 2009

NO PUIDORRRR

Declaraciones exclusivas de Georgie Dann para la revista Esquire:

Mi padre era trompetista en una orquesta de música clásica y quiso que siguiera su camino. Estudié ocho años en el conservatorio. Lo normal es que hubiera acabado en una sinfónica de mi país, pero el jazz se cruzó en mi camino. 

Siempre he sido un adelantado a mi tiempo. Me gusta ir contracorriente. Fui el precursor de los zapatos de plataforma. Luego me ponía aquellos pantalones de campana y la gente se quedaba boquiabierta.

A mis conciertos vienen hasta punkies a hacerme la ola. Me sorprende tanto cariño.

Trabajo mucho las letras, no hago canciones de un día para otro. A veces tardo una semana, a veces años.

Muchos artistas de mi generación lograron éxito con una sola canción y se dedicaron a vivir de ella. Yo no. Yo he seguido sacando números un año tras otro, fruto de mi inspiración. No me he quedado estancado.

Mi música es alegre, divertida, optimista, picante, pero también elegante. No me gusta lo chabacano.

La canción del verano ha degenerado. Por ahí suenan muchas chorradas. Para lograr el éxito se necesita una buena letra, buena música y algo más...

Es que se me saltan las lágrimas.

lunes, 21 de septiembre de 2009

IO AMO NICCOLÒ


Qué pasaría si juntamos en un edificio a:
Gaetano Cozzamara, un gigoló de medio pelo -míster Tanga Húmedo- a punto de recibir la visita del equipo de fútbol de su pueblo y estropearle la noche con la condesa Sinibaldi.
Roberta Palmieri, una mujer que medita desnuda en la posición del loto, mientras espera la llegada de un compañero de yoga al que quiere echarle el polvo del siglo.
Thierry Marchand, un músico bohemio que delira borracho en la trasera de su furgoneta, con el frac de lentejuelas del hotel donde toca, por un mísero sueldo, lleno de vómito.
Giulia Giovannini, una joven a punto de celebrar una gran cena en su casa cuando descubre que su novio se la está pegando con una de sus mejores amigas.
Enzo de Girolamo, el novio traidor encerrado en el baño con una cagalera bestial -sin papel higiénico- después de tomar una copa servida amorosamente por su novia.
Sukia, una jovencita sadomaso que hace trabajos a domicilio, pensando en sacar de su bolso el instrumento de tortura total y hundirlo en el pecho peludo de su cliente.
El abogado Rinaldi, desnudo, a cuatro patas, con un gorrito de bebé, suplicando a su dominatrix que no, que por favor no, ¡la Epilady no!.


Pues sucedería algo imprevisto, sorprendente, terrible y desternillante a la vez, porque estaríamos dentro del relato "El último Fin de Año del mundo" perteneciente al volumen Fango (1996) de Niccoló Ammaniti, uno de los mejores narradores de los últimos tiempos, al que amo con apasionada e incondicional entrega literaria.

sábado, 19 de septiembre de 2009

PLATO DEL DÍA

Maruja Mallo. Cabeza de mujer (1946)

BUEN FIN DE SEMANA

jueves, 17 de septiembre de 2009

PENNIES FROM HEAVEN

Chicago, años 30. Arthur (Steve Martin) es un vendedor de partituras al que no le van bien los negocios ni la aburrida vida familiar junto a su esposa Joan.  Inconstante, inquieto y soñador, Arthur se encontrará en uno de sus viajes con Eileen (Bernadette Peters), una inocente maestra de pueblo que caerá en las redes de su amor eterno. Pero Arthur es también un hombre egoísta y cobarde que olvidará las promesas de amor a cambio de la subvención de su esposa para abrir un negocio.
Eileen, embarazada, sin trabajo, repudiada por su familia y sola, irá en busca de su amado a través de un país deprimido y miserable.

No parece un argumento demasiado adaptable a los esquemas de un musical, sin embargo es precisamente eso lo que hace de esta película una auténtica joyita del género. Dinero caído del cielo (1981) que fue como se tradujo, es una película de Herbert Ross con un guión que Dennis Potter adaptó del que había hecho anteriormente para una serie de la BBC.


Los personajes que deambulan por un país sin esperanzas distan mucho de ser ejemplares, viven una sórdida existencia en un mundo real, gris y poco complaciente, son mezquinos e incluso brutales. Pero todos ellos sueñan. Sueñan con un mundo en colores, brillante y perfecto como un anuncio, donde todo es posible.
 Y ahí entra el musical y los magníficos números en la estela del más puro clasicismo: la escuela luminosa y fantástica que Eileen imagina, donde se puede cantar y bailar sin miedo (clic), la estupenda parodia del mundo del hampa con la que nos deleita un increíble Christopher Walken (clic) o la archiconocida canción  que da título a la película y nos ofrece unas de las imágenes más sorprendentes y poéticas de la cinta. (clic)


Los evidentísimos homenajes estéticos a Edward Hopper (clic), o al cine musical de los años 30, forman parte de un sinfín de motivos por los que no hay que dejar escapar estos peniques caídos del cielo. 

Todos queremos tener un final feliz, aunque sea en el cine (clic)

martes, 15 de septiembre de 2009

EL HOMBRE ESPERANZADO


"POR MOMENTÁNEA PRECARIEDAD, NECESITO UNA AYUDA. GRACIAS"

El cartel estaba a los pies de aquel hombre, pulcramente escrito y sin faltas de ortografía. 
Vestía con humildad discreta y limpia: una chaqueta de lana, un pantalón vaquero algo raído y unos lustrados zapatos marrones.
Estaba leyendo un libro amarillento, forrado con un plástico, mientras acariciaba un billete de autobús que le servía de marcapáginas.
Todavía creí adivinar en su mirada la tibieza de un hogar, la rutina de un trabajo, la humeante certidumbre de una sopa...
Pasé de largo, pero no consigo quitármelo de la cabeza.

lunes, 14 de septiembre de 2009

jueves, 10 de septiembre de 2009

EPÍLOGO: EL REGRESO DEL ALMA

Llegó hace unos días.
Se quedó parada en la puerta, con la mirada baja, sin atreverse a entrar. No traía equipaje, estaba sucia y desgreñada, con los zapatos destrozados, la ropa hecha jirones y arañazos por todas partes.
No le pregunté nada.
Le abrí la puerta de par en par y se dejó llevar, dócil, hasta el baño. Tenía la piel tostada y una expresión algo salvaje, desconocida para mí, pero nada más sumergirse en el agua, cerró los ojos y emitió un gruñidito de placer. Decidí que era mejor dejarla sola.
Fui a preparale un buen café, cargado y amargo, como sé que le gusta. Al cabo de una hora, entró en la cocina precedida de un olor jabonoso y reconfortante. Después de los primeros tragos, empezó a farfullar frases inconexas, nombres de lugares, horas del día, apreciaciones sin sentido que no lograba entender:

Un perro solitario cruzaba el Circo Máximo.

El aurorretrato de Rafael Sanzio.

La Via Appia al atardecer.

Moises tiene las manos de David.

Ruegos imposibles en una iglesia oscura.

Santa María a través de santa María, en el Trastevere. 

Mercachifles en el tiempo.

No pictures, no photo!

Un centurión triste en el Coliseo.

Ni rastro de Audrey.

Los sijs cuentan sus historias a la sombra.

Amor eterno.

Juegos de espejos en el Ponte Vecchio.

El bebé más horrible de los Uffici.

Voy a tener que ser compensiva. 
Las almas necesitan, inevitablemente, un periodo de adaptación.


lunes, 7 de septiembre de 2009

GIORNO VENTUNO: IL FINE

Los días de vacaciones se van acabando y es como si una nube ensombreciera todo lo que veo. Sé que no puede ser así, que no puedo organizar mi vida como si el resto del año fuese un paréntesis hasta llegar el próximo verano. No es sano. No soy capaz de controlar la angustia que eso me genera.

Estoy tumbada en la hierba con un vaso de brunello de Montalcino (¡menudo descubrimiento!) y pienso en todos estos días. Apenas he podido leer, apenas he escrito más allá de nombres y lugares que se escabullirán tarde o temprano de la memoria: Campaniles, viccoli, deliciosas trattorie, geranios en las ventanas, gatos atrapados, gatos mentirosos, pueblos encaramados en las colinas suplicando algo de brisa. Todo se desdibuja en un mar de imprecisión e inconsciencia.

Viccolo en Cortona.

Balcón en Sarteano.

Gato en Montepulciano.

Gatos de terracota en Volterra.

Veo a los turistas afanándose en sus guías mientras el sol de la tarde nos abrasa la piel. Busco una fuente y mis ojos van detrás del pasado imperceptible, de un hombre que trabaja el alabastro ajeno a todo lo que sucede a su alrededor, de un lugar donde nacen niños, de voces adolescentes compitiendo por el número de segas (pajas). No hay nada que no me quiera llevar de aquí. Cualquier rincón, cualquier silencio, cualquier ciprés detrás de una curva es un tesoro que ninguna guía me podrá ofrecer.

Huellas de un mensaje de Mussolini.


Escarapelas indicando el nacimiento de dos varones.

Adolescentes en un parque de Volterra



Artesano del alabastro
 
Escaparate de anticuario en Arezzo.

Viejo negocio de Castiglion Fiorentino.

Paisaje de el valle d'Arbia

Detrás de las piedras yacen esos nombres que la historia recuerda: el cardenal Piccolomini en Pienza y yo me fijo en un macellaio (carnicero) cortando porchetta junto al escaparate de su negocio; las brutales luchas de Julio II contra los Borgia y yo saboreo los funghi porcini (setas secas) más exquisitos que probé nunca; la fortaleza de Montalcino recuerda batallas por la supremacía que el tiempo borró y yo veo la sangre convertida en un vino cálido e inolvidable...




Exterior de la Fortaleza de Montalcino.

Interior de la Fortaleza de Montalcino y dos copas de brunello.

Hoy por la tarde una parte del cielo ha empezado a oscurecerse y de pronto una columna  de agua se ha desmoronado sobre un paesino cercano. En el valle contiguo, Siena brillaba bajo el sol. Toda la extensión de campos y viñedos que se ve desde casa aparecía extrañamente oscurecida o iluminada. Varios rayos se encendieron sobre la torre del castillo y la cortina de agua vino avanzando hasta nosotros. Ha sido un espectáculo.

En Toscana se desperezan los sentidos abotargados: el silencio se llena de ruidos inimaginables, los pueblos al atardecer huelen a leña quemada que los pizzaioli echan al horno, el agua de los cocomeri (sandíainunda tus manos, ávidas como niños, en cada valle la Naturaleza ha puesto una vid diferente para conforto del viajero y no hay nada en que poner los ojos que no te haga inmensamente feliz.



Pero aquí el tiempo forma parte de un transcurrir necesario y comprensible, aunque a mí me parezca una dolorosa injusticia. 
Y mi tiempo se ha terminado.